La temporada del Orgullo 2025 representa mucho más que una celebración. Para la comunidad LGBTQIA+ latina, cada paso que damos en las marchas es un acto de memoria, denuncia y esperanza.
En este año, el contexto político y social nos interpela con fuerza. Más de 500 leyes y órdenes ejecutivas han sido impulsadas en los Estados Unidos con el objetivo de limitar o eliminar derechos fundamentales de las personas LGBTQIA+. Ante esta alarmante realidad, reafirmamos que el Orgullo no es solo una fiesta, sino una respuesta colectiva y urgente.
Luchar desde nuestras identidades múltiples
Las personas LGBTQIA+ que también somos migrantes, afrodescendientes y latinas enfrentamos múltiples formas de violencia: el racismo estructural, la LGBTQIAfobia institucional, la xenofobia y la aporofobia. Estas opresiones se entrecruzan y afectan nuestras vidas cotidianas, criminalizando nuestras existencias y dificultando el acceso a derechos básicos como la vivienda, la salud, el trabajo y la seguridad.
Por ello, el Orgullo se convierte para nosotras y nosotros en un acto político de visibilidad y resistencia. No marchamos únicamente para celebrar nuestras identidades, sino para exigir justicia, equidad y libertad. Marchamos por una vida digna, sin miedo y sin importar nuestro estatus migratorio, clase social, idioma o color de piel.
Orgullo como respuesta colectiva
Nuestra respuesta ante el odio es la organización comunitaria. Marchamos con dignidad, nos encontramos en las calles para cuidarnos, para hacernos visibles y para recordarle a la sociedad que existimos, resistimos y no aceptaremos retrocesos.
Desde América Diversa Inc., hacemos un llamado claro y contundente: los eventos del Orgullo 2025 deben ser espacios de denuncia, celebración consciente y acción política. Son momentos clave para fortalecer redes, visibilizar realidades y afirmar que la diversidad no es una amenaza, sino una fuerza transformadora.
Un llamado a la acción
Invitamos a toda la comunidad LGBTQIA+ latina y a nuestras personas aliadas a participar activamente en las marchas y festivales del Orgullo 2025. Asistir es más que estar presente: es tomar partido por una sociedad más justa, empática y humana. Sumarse con orgullo implica también asumir responsabilidad y compromiso hacia un cambio real.